La etapa de San Francisco fue un éxito en cuanto a la elección del hotel. El personal era del agrado de Andolini. De hecho, cuando llegó al vestíbulo, Andolini sintió que la mirada de un agente de servicio del hotel se posaba en él y en su gran paquete.
Andolini logró obtener del conserje del hotel el nombre del codicioso agente, Eirk, y también su hora de fin de servicio. Andolini se las arreglará para estar cara a cara en su cuarto de baño y le enseñará el trozo de carne francesa en directo. Erik aceptará encantado el filete por todos los agujeros.
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