Cuando Samuel invitó a David a su casa de campo el fin de semana, sabía que no se iba a aburrir. Tan pronto como el amigo entra, los dos chicos se suben rápidamente al sofá y empiezan a besarse. Tampoco les lleva mucho tiempo deshacerse de su ropa, revelando dos cuerpos bien definidos y pollas duras. Samuel, es el anfitrión y para honrar a su huésped, le invita a un buen polvo junto a la chimenea. ¡Nuestros chicos están en celo!