El semental Lucas recibe una oferta por su taller, pero ¿debe vender? La llegada del reparador Ludovic es suficiente para hacerle reflexionar. Con su moreno aspecto galo y su musculoso físico bajo el mono, Lucas no puede evitar acariciar su enorme y gruesa polla, que se le pone dura a través de los vaqueros, para placer de Ludovic, que enseguida se da cuenta y rodea con sus suaves labios la gorda y tiesa polla de Lucas. ¿Quién podría resistirse al dueño del taller? Viendo el torso tonificado de Lucas tensarse con cada embestida en el culo apretado y dispuesto del otro hombre, no creo que nadie pudiera decir que no.