Lyam DYLAN no está bromeando. Le encanta que le bombeen su gran polla de 24 cm, todo el mundo lo sabe, pero cuidado, ¡hay que ganárselo! Ni siquiera te atrevas a hincarle el diente, porque créeme, si tienes la mala suerte de rayar el casco, Lyam te estrellará contra la pared. Ese día, es Romeo ALONZO quien es arrastrado a la bodega de los Weshboy. Con Romeo y su boca experta en felaciones, no hay riesgo y el jugo del belga subirá muy rápidamente